El Comercio

The Manta-Manaos Axis Causes Resistance

Almost 20 Quichua communities in the Aguarico region, located along the bank of the Napo river, form the Network of Communities of the Napo River

Between September 20-23 they held the ninth assembly in Nuevo Rocafuerte, located on the banks of the river on the border with Peru.

From this location they released their first declaration, where they stated their disagreement with the construction of the bi-national Manta-Manaos axis.

They also made clear that they are opposed to the dredging of the Napo River, as would be necessary for the construction of the bi-national trade axis.

According to the declaration, this project is detrimental to the lives of the Amazonian populations.

They also show their solidarity with the Playas de Cuyabeno community in their fight against the state oil company Petroamazonas and they demand “the respect of their collective rights.” In another point of the declaration they demand that the state stop using services, education, and health “as mechanisms for the communities to accept projects for the extraction of resources.”

They also support the people affected by Texaco, now Chevron, who brought a lawsuit against the company. “The oil companies have destroyed the Amazonian ecosystems,” they say.

They signaled that they will demand that the government comply with the initiative to keep crude from the Ishpingo, Tambococha, and Tiputini (ITT) fields under ground. “We believe that this is a proposal that allows for sustainable development in the region.”

They also say that they will reject all oil and logging activity inside Yasuní National Park and that they will defend its untouchability.

These are some of the points of the document that was signed by 50 members representing 20 Quichua communities involved in the assembly. The president of the assembly, Manuel Coquinche, of the Martinica community, also signed the report.

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EN ESPAÑOL

El eje Manta-Manaos causa resistencia

Cerca de 20 comunidades quichuas del cantón Aguarico, ubicadas en la ribera del río Napo, se agruparon y conformaron la Red de Comunidades del Río Napo (Red- Corn).

Entre el 20 y 23 del mes pasado efectuaron la novena asamblea en Nuevo Rocafuerte, localizada a orillas de ese afluente, en la frontera con Perú.

Tras esta cita, emitieron su primera declaratoria, donde ponen de manifiesto su desacuerdo con la construcción del eje binacional Manta-Manaos.

También dejan claro que están opuestos al dragado del río Napo, como una necesidad técnica para la funcionalidad de dicho eje de comercio binacional.

Según el comunicado, este proyecto perjudica la vida de las poblaciones amazónicas.

Además, muestran su solidaridad con la comunidad de Playas de Cuyabeno en su lucha frente a la petrolera estatal Petroamazonas y exigen “el respeto de sus derechos colectivos”. En otro de los puntos de su declaratoria, exigen que el Estado deje de usar los servicios, educación y salud, “como mecanismos para que las comunidades acepten los proyectos de extracción de recursos”, reza la misiva.

También apoyan a los afectados de la compañía Texaco, ahora Chevron, que llevan adelante el juicio contra esta transnacional. “Las compañías petroleras han destruido los ecosistemas amazónicos”, dicen.

Señalan que exigirán al Gobierno el cumplimiento de la iniciativa de mantener el crudo del yacimiento Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) bajo tierra. “Creemos que es una propuesta que permite el desarrollo sustentable de la región”.

Además, dicen que rechazarán toda actividad petrolera y maderera dentro del Parque Nacional Yasuní y que defenderán su intangibilidad.

Estos son algunos de los puntos del documento que está firmado por 50 comuneros que representan a las 20 comunidades quichuas involucradas en la asamblea. La firma de su presidente, Manuel Coquinche, de la comunidad Martinica, aparece también en este informe.